domingo, 15 de julio de 2007

LAS MUJERES CARGAN CONTRA SARAMAGO


El Nobel de Literatura advirtió que pierden objetividad, solidez y sensatez cuando llegan al poder
Sostiene José Saramago, según la entrevista publicada ayer por LA NACION, que cuando la mujer alcanza el poder pierde tres condiciones que la diferencian claramente del hombre: la sensatez, la solidez y la objetividad. Y que hay tres sexos: la mujer, el hombre y el poder. No obstante lo cual, el premio Nobel de Literatura ha colmado su extraordinaria obra con personajes femeninos excepcionales que se contraponen a su idea de lo que una mujer es cuando se vuelve poderosa.

Las repercusiones no se hicieron esperar. Políticas, periodistas y funcionarias consultadas por LA NACION dieron su visión sobre las declaraciones de Saramago, producidas justo cuando en la Argentina la ministra de Economía, Felisa Miceli, está en la mira pública y la senadora Cristina de Kirchner es el alfil del Gobierno para las próximas elecciones.

Mientras salía de una reunión e ingresaba en otra, con economía de palabras, la vicepresidenta del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales, María Lenz, dijo: "El poder no te cambia, sino que te muestra, te hace visible. Entonces, las cosas que hacés en privado probablemente se hacen públicas. Una mujer no puede perder objetividad, solidez y sensatez si antes de asumir carece de estos atributos".

En medio de la vorágine de actividades que desarrolla en estos días, Fabiana Ríos, flamante gobernadora electa de Tierra del Fuego, expresó: "Las declaraciones de Saramago me dejaron estupefacta, porque contradicen, por ejemplo, el perfil de dos de sus personajes femeninos de Ensayo sobre la ceguera y Ensayo sobre la lucidez. El poder en estas dos obras es ejercido por mujeres. En un caso, esa mujer conduce al pueblo a la liberación y en otro, a la rebelión organizada".

Agregó que "quizá Saramago se refiere a las mujeres que se masculinizan en el ejercicio del poder, porque no coincide con la realidad de las mujeres que hemos tenido tan pocas oportunidades de acceder al poder. Por eso no puede haber una opinión tan concluyente con lo que pasa con nuestra objetividad y sensatez cuando lo ejercemos. Creo que la falta de sensatez y solidez en el ejercicio del poder denota que estas condiciones tampoco existían antes".

La diputada Norma Morandini (Partido Nuevo-Córdoba) precisó: "Respeto mucho la obra de Saramago, pero él tiene una concepción propia de su edad. Las mujeres no hemos sido educadas para el poder y por eso éste siempre se analiza con atributos masculinos. La gran pregunta es cómo podemos las mujeres ejercer la autoridad sin autoritarismo. Y el otro gran aporte nuestro es la amorosidad. Si no podemos educar como maestras, proteger como madres y compartir como amigas, mejor nos dedicamos a otra cosa".

Para la directora de cine Julia Solomonoff, "el problema no es de género, sino de definir qué es el poder hoy. Lo difícil es generar más espacios horizontales de participación".

La diputada Paula Bertol (Pro-Capital) sostuvo que "el poder afecta por igual a hombres y mujeres. Hay mujeres que no pierden su femineidad en el poder, como Gabriela Michetti. Pero Cristina de Kirchner, que es tan femenina, cuando habla utiliza una dureza muy masculina. Jung dice que el hombre es la firmeza y la mujer, la suavidad. Pero la firmeza sin suavidad es rigidez. Y la suavidad sin firmeza es debilidad".

Para la ministra de Cultura porteña, Silvia Fajre, "Saramago es un intérprete hábil del tiempo que nos toca vivir, pero pierde estos atributos al referirse a la mujer en el poder. Al ejercer el poder toda persona es objeto de presiones, pero eso no implica perder la capacidad de discernimiento o abandonar el sentido común. Cuantos más espacios de poder ocupen las mujeres, más cambios positivos pueden ejercer". Para la vicegobernadora bonaerense, Graciela Giannettasio, "la afirmación de Saramago es arbitraria y no se explican los argumentos de su afirmación, que no comparto".

La diputada del Frente para la Victoria Inés Urdapilleta agregó que "Saramago se ocupe de los atributos de las mujeres en el poder muestra los logros alcanzados en la segunda mitad del siglo XX. El poder cambia a las personas y eso afecta a hombres y mujeres. El caso emblemático es Evita, que nunca abandonó sus sólidas convicciones en el poder".

La directora de la Feria del Libro de Buenos Aires, Marta Díaz, opinó que "las generalizaciones nunca son buenas, sobre todo cuando muchas mujeres no se han contaminado con el poder. Cada ser humano, independientemente de su sexo, enfrenta todos los días el desafío de ser auténtico y honesto y de pensar en los demás. Esa es una conducta ética".

También la periodista Silvina Walger tuvo su punto de vista: "Lo que dice Saramago es válido para mujeres y hombres, que también viven la borrachera del poder. En las mujeres esto queda peor y es más chocante porque vivimos una cultura paternalista. El problema de las mujeres es que esa actitud con el poder puede escapar a la sensibilidad que da sentido de la femineidad. Por ejemplo, Cristina de Kirchner no tiene la sensibilidad para entender lo que les pasa a sus pares. Eso les pasó a las mujeres del menemismo".

Por Susana Reinoso

No hay comentarios: